“Nuestra fe nos da la victoria”
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Volvemos esta tarde a escudriñar la carta a los hebreos, para poner nuestra atención en la carrera que los cristianos tenemos por delante.
Para examinar las claves que el escritor nos enseña para tener una carrera exitosa.
Creo que todos aquí presente queremos o deseamos tener una vida exitosa, una carrera donde al finalizar podamos obtener la “victoria”, o salir victorioso.
Estas claves, no podrían estar más que claras en Hebreos 12:2.
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hermanos, amigos considere esto:
Si ya eres cristiano, Dios quiere que seas un cristiano victorioso, que seas un vencedor, él no quieres que seas un corredor derrotado, hermano Dios quiere bendecirte.
Ahora, si aún no eres cristiano, quiero decirte que tu vida se encuentra derrotada, ni siquiera estas corriendo, la carrera, mucho menos que puedas salir victorioso, pero hoy el Señor te está llamando a que comiences la carrera, que comiences a vivir en victoria, para que la final de la vida, puedas ser un cristiano o cristiana victoriosa.
Hermanos amigos, es la fe en Cristo la que nos da la victoria, todo los días, y nos dará la victoria al final de la carrera.
Dios quiere que seamos corredores victoriosos.
Vamos a revisar cuales son las claves para obtener la victoria que el escritor de hebreo nos enseña y que debemos considerar en nuestras propias vidas.
I. TENEMOS QUE VER A JESÚS.
I. TENEMOS QUE VER A JESÚS.
El texto dice:
Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.... Heb. 2:2a.
la primera clave para ser victorioso, es poner nuestra atención en Jesús.
En las carreras, como en la mayoría de deportes, es muy importante adónde estamos mirando.
Nada le sacará a usted tan fácil de su carrera o aminorar su paso como mirarse los pies, mirar al corredor que viene de atrás o a la multitud en las tribunas. La carrera cristiana es muy semejante.
Hermanos, muchas veces estamos preocupados por nosotros mismos, prestamos mucha atención a lo que estamos haciendo, me refiero al enfoque que le damos “a nuestro servicio” y eso no nos permite que corramos bien para el Señor, porque descuidamos muchas áreas importantes de nuestra comunión con Dios.
A veces nos preocupa lo que otros cristianos piensen o hagan, especialmente en relación con nosotros.
La preocupación por los demás tiene su importancia, no pasamos por alto a nuestros hermanos en Cristo o lo que piensan de nosotros. Lo que piensan de nosotros, incluyendo las críticas, puede resultarnos útil.
Pero si nos enfocamos en los demás, vamos a tropezar.
Hermanos, y no estoy diciendo que no nos esforcemos por prestar atención a las cosas que ocurren a nuestro alrededor o en nosotros mismos que puedan distraernos sino que debemos tener claro que:
Si nuestro enfoque está en Jesucristo, veremos todo lo demás en su perspectiva correcta.
Hermanos: Cuando nuestros ojos están en el Señor, el Espíritu Santo tiene la oportunidad perfecta para usarnos, para mantenernos en la carrera y hacernos ganadores.
Ahora el escritor nos da dos razones poderosas para nos mantengamos mirando a Jesús.
El dice acerca de Jesús:
…el autor y consumador de la fe....
Es Jesús el ejemplo supremos de de nuestra fe.
Y cuando habla de Jesús como el autor de la fe, implica que Jesús es el pionero, el que origina la fe, es él quien comienza la fe.
Aún es el que origina la fe de los héroes de la fe, como Abraham, Noé, David, Pablo, y otros que son mencionados en la Biblia.
Hermanos, el enfoque de nuestra fe, debe estar en aquel que la origina, Cristo Jesús.Él es el de líder o ejemplo principal. Jesucristo es nuestro ejemplo preeminente de fe.
Es Jesucristo, también el autor de la salvación, por quien muchos de los que nos reunimos en este lugar hemos alcanzado la salvación y la vida eterna.
El es el mismo que fue tentado en todo, pero nunca pecó,(hebreos 4.15).
Por eso debemos ver a Jesús hermanos.
Pero Jesús también es el consumador de la fe. Hablamos de aquel que la completa.
Continuó confiando en su Padre hasta que pudo decir: “Consumado es” (Jn. 19:30).
30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
Esas palabras, junto con “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23:46),
46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
Fueron las últimas de Jesús antes de morir.
Hermanos el Señor, terminó su obra no solamente en el sentido de completarla, sino de hacerla perfecta.
Hermanos, Jesús nos ha dejado tan alto ejemplo de fe que es en este que debemos poner nuestros ojos en tanto que vivamos.
Es bueno observar los ejemplos de la nube de testigos del Antiguo Testamento, a la que se refiere en el versículo 1, pero es imperativo que fijemos nuestros ojos en Jesús ( 2 Co. 3:18).
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
La segunda clave para alcanzar el éxito en la carrera y ser victorioso, está en.
II. MANTENER LA PERSPECTIVA.
II. MANTENER LA PERSPECTIVA.
… el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Heb. 12.2b.
Hermanos, nadie corre sin perspectivas claras, tampoco se puede correr sin expectativas.
Normalmente la perspectiva está en correr con la expectativas del premio, la recompensa, quizás la recompensa no sea más que una cinta, trofeo o corona de laurel. Quizás sea un premio de gran cantidad de dinero. A veces la recompensa es fama y reconocimiento.
Pero si miramos a Jesús, él no corrió su carrera de fe por el placer de la carrera como tal, aunque debió haber experimentado gran satisfacción al ver las personas sanadas, consoladas, acercándose a la fe y comenzando el camino de crecimiento espiritual.
Pero su motivación era algo mayor que eso, fue lo que obtuvo al final de la carrera lo que motivó a Jesús para dejar lo que dejó y soportar lo que soportó.
Hermanos Jesús corrió por dos cosas:
Por el gozo puesto delante de él.
Para sentarse a la diestra del trono de Dios.
Hermanos, la Mera de Jesús era glorificar al padre en la tierra, en su oración sacerdotal, en Juan 17: 4-5, Jesús dice:
4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Hermanos, el Señor Jesús, obtuvo su recompensa glorificando al padre mientras estuvo en la tierra, ¿Cómo lo hizo?, Haciendo completamente su voluntad.
Ahora cada uno de nosotros debemos pensar:
¿Es así para mi?, ¿Es lo mismo para nosotros como iglesia?, ¿Estamos corriendo con la perspectiva correcta?
Si estamos viviendo nuestra vida cristiana, buscando, esforzándonos día a día por hacer la voluntad de Dios.
Si estamos sirviendo al Señor con la perspectiva correcta, con el enfoque correcto, buscando que el nombre de Dios sea glorificado y no nuestra propia gloria, entonces, si podemos decir que estamos en la perspectiva correcta.
Recuerda el gozo de Jesús no fue que la gente dijera cosas bonitas de él, o le diera el reconocimiento, su gozo fue la Cruz, su Gozo fue morir por nosotros, su Gozo fue redimir al hombre de pecado, de condenación.
Hasta el punto de menospreciar el oprobio, la vergüenza, la deshonra, la humillación.
El decidió humillarse para hacer la voluntad del padre. Pablo nos exhorta diciendo: Filipenses 2:5 -8
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Ahora piense en esto, Pablo exhorta a que haya en nosotros el Sentir que hubo en Cristo, este sentir, el lo describe en con anterioridad en Filipenses 2:1-4
1 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
No tenemos tiempo para exponer en detalle esta porción de la Escritura, ya que nuestro enfoque principal es la autohumillación de Cristo.pero, rápidamente, esta es la propuesta de Pablo en el versículo 2:
Sed de un mismo sentir… Eso requiere humildad.
Sed de un mismo amor… Eso requiere íntima comunión con Dios.
Sed de un mismo espíritu… Eso requiere madurez espiritual.
Sed de un mismo propósito… Eso requiere sumisión de nuestra voluntad a la Suya.
Ahora hermanos, algunas traducciones de la Biblia, el texto de Filipenses 2:5 dice:
«Haya, pues, en vosotros la misma mente que hubo en Cristo Jesús».
El Señor Jesús, antes de encarnarse, tuvo una actitud mental, una disposición de espíritu y una inclinación natural que usualmente nosotros no tenemos y que le permitió considerar la misión que se le encargaría.
Entonces, para que emprendamos nuestra carrera con Dios, Él tiene que formar en nosotros una actitud mental propia de un siervo (ser antes de hacer).
Entonces Pablo llama a tener esa actitud, esa forma de Pensar que hubo en Cristo Jesús de manera continua, por eso dice:
“Haya en vosotros ese Sentir que hubo en Cristo”
Volviendo a nuestro Texto en Hebreos 12: 2, la segunda cosa por la que corrió Jesús, fue, para Sentarse en el trono de Dios.
Para sentarse a la diestra del trono de Dios.
....y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hermanos, Jesús no sólo corrió para cumplir la voluntad de Dios, sino que lo hizo también por el gozo de la exaltación.
Volviendo a la descripción de la humillación de Cristo, por haberse despojado así mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Ahora que hizo el padre, Filipenses 2.9-10
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
Hermanos, la obediencia, la entrega, y la humillación de Cristo, fue recompensada por el padre, Dios lo exaltó, y le dio un nombre sobre todo nombre, nombre que hace que toda rodilla.
Hermanos, ahora considere esto:
“El premio por el cual deben correr los cristianos no es el cielo. Si somos cristianos verdaderamente, si pertenecemos a Dios por la fe en Jesucristo, el cielo ya es nuestro”
¿Entonces porqué corremos?
¡Lo hacemos por el mismo premio que corrió Jesús!
Lo alcanzamos de la misma forma que Jesús lo alcanzó:
“Corremos por el gozo de la exaltación que Dios nos prometió si le glorificábamos en la Tierra como lo hizo su Hijo. Y glorificamos a Dios permitiendo que sus atributos brillen a través nuestro y obedeciendo su voluntad en todo lo que hacemos”
Cuando esperamos con ilusión la recompensa celestial al servicio fiel, la alegría será nuestra ahora mismo!!
Pablo hablando de los que por su predicación se convertían dijo;
1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?
Pablo tenía alegría presente por la causa de la promesa futura.
Hermanos, correr con gozo en esta vida es resultado de la confianza que tenemos en las promesas futura.
Y también es la perspectiva correcta en relación a nuestra vida Cristiana.
CONCLUSIÓN:
Concluyo con estas preguntas de reflexión:
¿Has considerado como estás corriendo la carrera de la vida Cristiana?
¿Estás corriendo con la mirada puesta en Jesús?.
¿Has considerado la fe y el gozo de Jesús?
¿Crees que está corriendo por las perspectiva correcta?
Y si aún no comienzas la carrera de la vida Cristiana, hoy te invitamos a venir a Cristo y comenzar esta carrera.
El Señor quiere que corras tu vida con él, que dejes ya de correr sin sentido, sino que corras con la fe en Jesús, en obediencia al padre.
Vamos a orar.